Siempre hay una primera vez y nos tocó este año. Después de 22 años, la misión de verano hace un alto de sus actividades por las razones que todos conocemos. Sin embargo, el curso y preparación de los 19 estudiantes de décimo grado se completó a distancia. De esta forma, nos abrimos a nuevas experiencias y comenzamos a pensar en nuevas propuestas como trabajar con dos divisiones el año próximo.
Si no hay retos, no puede existir la misión; si grande es el reto, más grande serán las bendiciones recibidas y nos estamos preparando para ambas cosas. Gracias a los jóvenes y a sus familias que perseveraron en el proyecto; así también, a la comunidad de Orocovis, Villalba y Ciales que con mucho amor hacen de cada verano una experiencia inolvidable y transformadora. ¡Nos vemos pronto!